Inmersa en el barrio denominado como “Beas”, se encuentra actualmente la Iglesia Parroquial de San Mateo, singular en la comarca ya que define el paisaje así como el skyline de este municipio. La Iglesia que usted vislumbra no tiene nada que ver con la creada tras la presencia musulmana y edificada por los repobladores santiaguistas.
Existen hipótesis de que el solar, fuera, en mayor o menos medida el mismo, pero la obra arquitectónica que puede visitar es neoclásica y se trazó por el arquitecto Sebastián de Azcuaga, en 1817 donde la cantería cobra un papel excepcional frente a la madera y la piedra típicamente medieval, siendo su término la fecha aproximada de 1820.
Poco se ha escrito sobre el incendio que produjo la desaparición de la iglesia medieval, pero, hemos de reconocer que el templo que usted puede visitar se adapta, en primer lugar a las irregularidades de este terreno.
La fachada se organiza en dos niveles, dividida en tres calles, con dos registros de vanos, adintelados en la parte inferior y arco en la superior.
La torre de la izquierda era el campanario, mientras la derecha es la capilla bautismal, ambas de planta circular. La central compone la portada en su registro inferior; obra de sillería, es un vano adintelado enmarcado por molduras y pilastras con ancones sobre el que se coloca una inscripción embutida en un plano marco
rectangular: «SE CONSTRUYO A EXPENSAS DEL SERENISIMO SEÑOR YNFANTE DON
FRANCISCO DE PAULA».
Sobre la moldura de separación de los pisos, se remata con arco de medio punto embutido en el paramento. Internamente es una nave bóveda de cañón con fajones
de medio punto impostados con hornacinas en sus paramentos que componen dos tramos centrales, completados con el de más pequeño de los pies con su coro sobre gran arco rebajado, y el de la cabecera, semicircular, que se cubre con bóveda semiesférica. A su derecha la sacristía, único espacio que rompe la regularidad de
la planta.